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EL TRÁGICO ACCIDENTE AÉREO DE 1954 EN ALPANDEIRE

     Los vecinos más mayores de Alpandeire aún recuerdan el trágico accidente aéreo que estremeció al pueblo el 1 de noviembre de 1954. Alrededor de las 6 de la tarde, bajo la incesante lluvia y la espesa niebla que cubría la zona, un avión militar con 12 pasajeros a bordo se estrelló en la ladera sur de la Sierra de Jarastepar, cerca de la cima del punto más elevado del término municipal con 1427 metros sobre el nivel del mar.
     Gaspar Mena, maestro jubilado y vecino de Alpandeire, ha recordado que hace 66 años en la localidad vivían alrededor de 1000 personas y los cortijos cercanos al lugar del accidente aún estaban habitados. Los panditos D. José Sánchez Harillo y D. Francisco Sánchez Lobato, que residían en el entorno, presenciaron el momento de la explosión del avión al precipitarse contra el suelo y, acto seguido, se apresuraron a dar la voz de alarma en el cuartel del pueblo.
     Al día siguiente, tal como ha narrado Gaspar Mena, un numeroso grupo de vecinos subió en fila hasta el punto del accidente, a unos 1300 msnm, para ayudar en el rescate de los cuerpos de los fallecidos y recuperar los restos del aparato siniestrado, un Junker de transporte que hacía el trayecto desde Málaga hasta la base de Jerez de la Frontera. Fallecieron sus 12 ocupantes, 11 pilotos militares y un civil.
     Las causas del fatal accidente no están del todo claras, aunque la hipótesis que cobra más fuerza es que las inclemencias meteorológicas impidieran la visibilidad, a lo que es probable que hubiera que sumar un fallo mecánico o un error humano que hiciese que el aparato no volara a la altitud adecuada, precipitándose en la agreste zona montañosa de Jarastepar.
     D. Miguel Orduna López, Coronel Jefe de la Sección Aérea de Málaga, se hizo cargo de los cadáveres. “Fue impresionante la manifestación de duelo que hubo el 4 de noviembre en el Cementerio de San Miguel de Málaga, donde a las 10:30 de la mañana se ofició una misa ‘corpore insepulto’, previa a la inhumación de los cuerpos, a la que asistieron el capitán general de la IX Región Militar y el general jefe de la base aérea del Estrecho de Gibraltar”, indicó Gaspar Mena.
     En el lugar del accidente, donde todavía a día de hoy se pueden encontrar tornillos, plásticos y pequeños fragmentos del aparato, se levantó un monolito en memora de los fallecidos: el comandante D. Manuel Assiego Codes; los capitanes D. Carlos Riesgo Ménguez (que pilotaba el avión) y D. Francisco Pérez del Pulgar y Valls; los sargentos D. José Gómez Martín, D. Francisco Gámez Peláez y D. Francisco Soria Moya; los cabos D. José Dorado Pérez, D. Ricardo González Alonso, D. José Rodríguez Segura, D. Fernando Bolín Sibajas y D. Miguel Regio Gómez; y el civil D. Pedro López Romero.